AVISTAMIENTO EN EL NUEVO MUNDO 
El navegante de origen genovés, al servicio de España, que llegó 
hasta lo que se conoció como el Nuevo Mundo el 12 de octubre de 1492 
vivió en su viaje un encuentro cercano del tercer tipo que recién por 
estos días ha sido, por fin, aceptado por los historiadores.
El navegante genovés vio OVNIS y lo asentó en su bitácora.
Todo está asentado en su bitácora de viajes, que hoy se conserva en 
un museo. La primera referencia a supuestos hechos extraños en el cielo,
 ocurrió el sábado 15 de septiembre 1492. Allí Colón escribió en esa 
fecha lo siguiente:
“Navegó aquel día con su noche veintisiete leguas su camino al Oeste y
 algunas más. Y en esta noche al principio de ella vieron caer del cielo
 un maravilloso ramo de fuego en la mar, lejos de ellos cuatro o cinco 
leguas”.
¿Qué pudo ser ese fuego que cayó como un ramo luminoso al mar? Pues 
muchos afirman que esto puede ser el indicio de los llamados Ovnis: 
“objetos submarinos no identificados”, o como ha existido en muchos 
casos, ovnis que se ocultan en el mar.
Los documentos que guardan los relatos de Colón.
Casi un mes después, el jueves 11 de octubre de 1492, momentos antes 
de que Colón viera tierra por primera vez, dejó asentado: “Después del 
sol puesto, navegó a su primer camino al Oeste. Andarían doce millas 
cada hora, y hasta dos horas después de medianoche andarían noventa 
millas, que son veintidós leguas y media”.
A las diez de la noche, estando Colón en el castillo de popa, vio 
lumbre, aunque como fue cosa cerrada, llamó a Pedro Gutiérrez, repostero
 de estrados del rey, diciéndole que parecía lumbre, que mirase él. Y 
así lo hizo y la vio.
Sorprendido ante lo desconocido así lo asentó Colón en su bitácora: 
“se vio una vez o dos, y era como una candelilla de cera que se alzaba y
 levantaba, lo cual pareciera ser indicio de tierra”.
Si bien para algunos esa ‘candelilla de cera que se alzaba y 
levantaba’ era una fogata en tierra, para otros, como el investigador 
español Juan José Benítez, la posibilidad es nula, tomando en cuenta la 
distancia a la cual se observó.
Las bitácoras se conservan en un museo en España.
Benítez señala que, de acuerdo a los estudios del español Manuel 
Audije (quien fuera oficial de la Armada), “cuando Colón y otros hombres
 vieron la extraña luz, se encontraban a 14.5 leguas de tierra. Es 
decir, a poco más de 80 kilómetros, una distancia excesiva para lograr 
distinguir una hoguera en tierra”.
Por lo tanto, muchos conocedores del fenómeno OVNI afirman que 
Cristóbal Colón presenció luces que aparecieron hasta dos veces yendo de
 arriba hacia abajo en el horizonte. Estas luces han sido consideradas 
como OVNIS que estarían presenciando sin tener conocimiento de qué se 
trataba.
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