2012 ¿Fin o Comienzo?
Por Amalia Rossi el 14-04-2010
Las 7 Profecías Mayas marcan momentos y hechos puntuales que se han podido demostrar, más allá de creencias religiosas e incredulidades racionales.
La película 2012, dirigida por Roland Emmerich, pertenece al género de catástrofe y describe el trágico final de nuestro mundo. Explosiones, plagas, inundaciones y violencia descontrolada son algunas de las cosas que se muestran en el film. Se menciona de forma superficial en este largometraje a las Profecías Mayas, las que surgen a su vez del Calendario de Cuenta Larga que la antigua civilización precolombina creó y se dice es el que más se adecúa a los ciclos de la tierra, pero que se diferencia del resto por el abrupto término que presenta para el año 2012 de nuestro calendario gregoriano.
La civilización Maya es mundialmente conocida por sus maravillas arquitectónicas, su organización comercial, social y sus fantásticas piezas de arte, pero también por sus avanzados conocimientos en física, astronomía y matemática. El pueblo Maya desarrolló, basándose en estos campos de conocimiento, sistemas de asombrosa precisión que le permitieron llegar a resultados matemáticos que en la actualidad no terminan de sorprender a los expertos, por ejemplo la NASA calculó el tiempo exacto de la rotación total de la tierra en 365,2422 días, mientras que los Mayas calcularon el mismo evento astronómico en 365,2420 días. A lo anterior hay que agregar que, el calendario Maya es más preciso que nuestro sistema gregoriano actual, pues se sabe respeta de mejor manera los ciclos naturales terrestres.
El Calendario Maya fue para aquella civilización el centro de su existir, todo giraba en torno a las influencias de su sistema de calendario cíclico.
Los Mayas llevaban 3 cuentas de tiempo simultáneas:
- Sagrado Tzolkn - 260 días
- Civil - 365 días
- Cuenta Larga - 144.000 días
Antecedentes de las Profecías Mayas
El Calendario de Cuenta Larga comienza su cuenta el 13 de agosto del año 3.114 A.C., se cree que ese primer día estuvo marcado por un acontecimiento astronómico de significación, pero que termina de igual forma el 22 de diciembre del 2012 D.C.
Una de las características del Calendario Maya está en la sincronización que muestra de la Tierra, el Sol y la Luna respecto del Universo, logrando establecer medidas exactas entre los astros, por nombrar algunas. Paradójicamente, y como añadiendo misterio al tema, una de las medidas encontradas por la civilización precolombina marca el centro de la galaxia de forma coincidente con el punto que se encontró en los manuscritos de Nostradamus. En la imagen 67 de la constelación de Ofiuco(*), al trazar una línea desde la punta del aguijón del escorpión hasta la punta de la flecha del centauro, se marca un punto que correspondería al centro de la galaxia, ese mismo centro coincide con los de la Cruz Divina y la Cruz Terrenal. Esta alineación se da cada 13.000 años, lo que daría como próxima fecha del evento al año 2012.
Para la Civilización Maya el centro de la galaxia también era el corazón y mente de su principal Dios, Hunab Ku. A través del Sol y hacia el corazón y mente de su Dios, miraban los “científicos” mayas para estudiar las estrellas. En la herencia de sus bajos relieves se lee una historia que transcurre a lo largo de 25.000 años, y que se detiene abruptamente en coincidencia con el comienzo del actual milenio.
Las Profecías Mayas describen acontecimientos tales como, olas de calor, cambios climáticos, derretimiento de los polos, destrucción y violencia, entre otros más que constituyen en suma hechos desatados por el universo para advertir a un ser humano deteriorado en su esencia. Todos los cambios descritos se basan en cambios de los ciclos solares, así como también de alteraciones magnéticas que describen un rayo que recibirá el sol proveniente del centro de la galaxia, capaz de producir una enorme llamarada. Las profecías se basan en estudios astronómicos, matemáticos y religiosos realizados por mentes muy avanzadas en esa época.
Las 7 Profecías Mayas marcan momentos y hechos puntuales que se han podido demostrar, más allá de creencias religiosas e incredulidades racionales.
La importancia del Calendario Maya
Dentro del calendario se marca un periodo de 20 años que comprende desde el año 1992 al año 2012, al que han llamado “El Tiempo del NO-Tiempo”, período durante el cual ocurrirían cambios visibles y otros no tan visibles que marcarán el plazo que tiene el hombre, como individuo, para revisar sus errores y comenzar a trabajar en pos de mejorar y lograr un nivel evolutivo mayor, uno que trascienda del concepto de Sociedad que hoy tenemos.
Desde el año 1992 han estado sucediendo determinados acontecimientos vinculados con cambios en las vibraciones y campos magnéticos de la tierra, registrados por los científicos, difícilmente perceptibles por el hombre común y que podrían explicar algunos puntos de las profecías, en contraposición con los desastres naturales, la violencia, los cambios sociales y de valores que vemos día a día, también profetizados por los antiguos.
Los Mayas dividen la elipse que describe la rotación completa del Sistema Solar en el Universo en 5 periodos de 5.125 años cada uno, cada uno de los cuales corresponde a la mañana, el mediodía, la tarde, el atardecer y la noche para formar un ciclo completo. Cada fin de ciclo, que cambiará de la noche del ciclo anterior a la mañana del siguiente, hace surgir un rayo de luz desde el centro de la galaxia que sincroniza al Sol y a los planetas con una emanación de energía. Si trasladamos esto a nuestros días podremos ver que, desde el año 1998, ha comenzado a emanar desde el centro de nuestra galaxia una gran cantidad de energía.
La realidad de la Profecía Maya
Estudios científicos demuestran cambios en los campos magnéticos en el sistema solar, cambios que han provocado desde tormentas solares, capaces de destruir satélites en la órbita terrestre, hasta movimientos del Polo Sur debido a cambios en las vibraciones de la Tierra. Estos sucesos vienen ocurriendo, por lo menos, desde el año 1994.
La pérdida de parte del campo magnético actual de la Tierra, constituye un dato científico interesante a la hora de verificar la veracidad de las predicciones realizadas por la cultura Maya y le exactitud de su origen. Para medir la densidad del flujo magnético se utiliza una unidad de medida llamada “Gauss”, la que se ha visto disminuida durante los últimos años y puede servir de explicación para muchos de los comportamientos humanos que se han presenciado. La teoría de la relación que existe entre la densidad de Gauss y el comportamiento humano, queda parcialmente demostrada a partir del experimento realizado con astronautas rusos que fueron sometidos a un ambiente magnético artificial, donde al bajar el número de Gauss al mínimo, comenzó a evidenciarse un estado de confusión, agresividad e inclusive locura.
La aceleración de la frecuencia vibratoria de la tierra aumentó en los últimos años, y con ello posiblemente también se produjo un trastorno del sueño, la concentración y los nervios en muchas personas a nivel mundial, hecho que no deja de ser significativo e incrementa la duda respecto de la veracidad que puedan tener las predicciones apocalípticas mencionadas.
2012 ¿Vida o Muerte?
Aunque las Profecías Mayas son consideradas eminentemente como el fin de los tiempos para muchos, hay otros que las consideran el inicio de un nuevo tiempo, por ende alojan en ellas una luz de esperanza para la transformación del hombre, momento en el que se dará una verdadera transmutación de lo que somos hoy a un cambio paralelo al planetario, en el que habrá lugar para reorganizar la sociedad e ir en búsqueda de un nuevo hombre y una Nueva Era.
Para los más optimistas el fin del ciclo no es más que el comienzo de un nuevo amanecer para la civilización, aunque precedido de momentos difíciles que constituirán la culminación del dolor en pos de una vida nueva alejada de violencia, muerte, guerra, egoísmo y avaricia, aunque siempre obediente al “querer” del hombre –como unidad pensante individual-, quien en última instancia es el encargado de leer las señales y decidir qué hacer llegado el momento.
Fuente: Democracia
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