lunes, 6 de junio de 2011

2012 CHINCHADA CELESTIAL

2012/ ODISEA  GRAVITACIONAL

Desde el lejanísimo amanecer de la historia del hombre y hasta hoy, su ignorancia le acarreó dolores, angustias y temores inimaginables, y más cuando la misma fue fomentada por las mentes de personas de espíritus dominantes y perversos. 
Calendario maya: ¿una visión del futuro?
Sin ir muy lejos, a mí mismo y a mis compañeros de escuela pupila, las monjas nos amenazaban (en nuestra infantil ignorancia) con “El fin del Mundo” y “El juicio final” cuando apenas contábamos con seis o diez años…

Y no digo el espanto que sufríamos cuando alguna de ellas se disfrazaba de satanás y por las noches saliendo de la capilla, (de en medio de ella) arremetía contra todo el grupo de niños formados en la oscuridad de una larga galería cuando –con los brazos en cruz- estábamos rezando el Santo Rosario a causa de nuestros “pecados”. Año 1957. Ya pasó.

Hoy, y ya cercano al cuestionado “diciembre del 2012”, aparece otra vez el temido fantasma del “Fin del Mundo”. A algunas personas -con toda seguridad- les produce espanto. A otras preocupación. Quizá a muchas –a mí, por ejemplo- una inmensa curiosidad: ¿cómo será? ¿realmente ese día llegará?
¡Cuánta gente opina! Qué diversidad de opiniones existen! Hay de todo y apabulla! Mas que aclarar la situación, todo se entremezcla y opaca. Ante semejante maremagnum de oscuridad, y pretendiendo saber la verdad, me rodeo de diferentes candiles y faroles.

Algunos de ellos viejos y gastados y otros modernos y relucientes. Me alumbran con diferentes matices, de tal manera que “algo” puedo vislumbrar. Y entre todas estas luminarias en donde aparecen: mayas, egipcios, tibetanos, profetas, videntes y la ciencia de hoy, y ésta, con sus astrofísicos, ingenieros, y matemáticos; trato de razonar pacientemente los acontecimientos a futuro.
Sin embargo, quedo flotando en la superficie. No puedo profundizar, ya que no hay certeza absoluta de nada. Pero señales hay por donde uno quiera mirar: guerras, revoluciones, hambre, terremotos, maremotos, tornados, fenómenos celestes…: de todo y potenciados.

Parece extraño y maravilloso: todo se conjuga a la vez: es un mundo en donde muchos pueblos se despiertan, se movilizan y se unen pidiendo justicia, libertad, paz y justicia social. Es el preciso momento en que antiguas profecías anuncian para este tiempo, que aparecerá un mundo maravilloso después que hayan concluido severísimas tribulaciones de orígenes humanos, estelares, atmosféricos y terrestres. Esto último es posible y ya lo anticipó la Nasa, como así también varios científicos que trabajan desde hace años sobre el tema.

Aunque tanta sabiduría junta no hace falta para comprobar que cuando varios planetas se alinean, se produce la llamada “Cinchada Celestial”. Cinchada en donde se potencian los campos gravitatorios planetarios, los cuales producen (dos  días antes o dos días después, o el mismo día) fenómenos en cada uno de ellos, y en particular en nuestro planeta, en donde se generan poderosos terremotos y espectaculares erupciones volcánicas –ambos- con sus terribles consecuencias.

La última alineación planetaria produjo en este mundo varios terremotos de diferentes magnitudes, de los cuales uno afectó particularmente la localidad murciana de Lorca (España) el día 11 de mayo de este año; siendo éste el mas potente de los últimos 500 años (Se alinearon ese día, sólo tres planetas!!!)
Segun los cálculos astronómicos mayas, y los de la ciencia de hoy, (y si estos son ciertos…) en diciembre de 2012, no sólo se alinearán todos los planetas de nuestro Sistema Solar, sino que lo harán en dirección radial hacia el centro de nuestra Galaxia, esta situación que a más de producir tremendo “cinchaje”; el Sistema Solar completo pasará por la “Línea de ondas gravitatorias de ajuste” que parten del centro de nuestra Galaxia.

Estos dos eventos simultáneos ocurrirán en un breve período de tiempo en el cual sólo el Altísimo sabe lo que pueda ocurrir. Algunos prevén catástrofes inimaginables en la Tierra. Otros predicen que se producirá una transformación física en nosotros. Varios apuntan que antes de tal catástrofe vendrán seres extraterrestres a rescatarnos.

También aseguran los religiosos que se producirá un arrebatamiento de los justos previo a las calamidades que sobrevendrán indefectiblemente sobre la Tierra, y…dicen…dicen…dicen…

Voy a lo concreto: no tengo ninguna duda que algo diferente sucederá: se huele en el aire. La humanidad lo pide y necesita un cambio. Cualquier pensante nota que si seguimos tal como estamos, al mundo le queda muy poco; porque así no ocurra todo lo escrito más arriba, la propia naturaleza nos muestra que nos deslizamos por un tobogán cada vez más áspero y angosto hasta llegar al hambre más desesperada, hongos atómicos, destrucción horrorosa, humillante muerte humana y de flora y fauna –éstas últimas- totalmente inocentes.

Todo por nuestra mano, a causa de la ambición desmedida, irresponsabilidad, desidia y desprecio por la vida humana, y la de la propia Naturaleza, -maravilla ésta- que regala y mantiene vibrante cada día, la frágil vida de todo lo que existe hasta ahora.

Momentos únicos
Por eso, los de hoy son momentos únicos en que lo más profundo del alma, percibe con conmovedor recogimiento: la fragilidad humana, la impotencia humana, la insignificancia humana ante la magnitud y poder del Universo creado, -y a la vez- la grandeza y sabiduría inconmensurables de nuestro único y excelso Yo Soy.

Esta inmensa y bellísima nave estelar hecha, que es nuestro planeta Tierra, se acerca navegando irremediablemente hacia un mar cósmico embravecido por la tormenta gravitatoria galáctica. Se moverá y crujirá seguramente como una simple carabela, pero ya a transitado por ella otras veces.

Todos nuestros ancestros temían llegar a este día, pero nuestra generación tendrá el sumo privilegio de pasar por este enigmático fenómeno sideral. Fenómeno que escapa absolutamente al dominio humano. Cualquiera sea el resultado, debemos dignificar con inteligencia nuestra humanidad (¡Somos “El Hombre”!) ante tal evento: busque cada uno estar en paz con Dios y con sus semejantes desde ahora; y esperar a contemplar serenamente y con templado espíritu, -entonces- las dos alternativas posibles que se podrán manifestar.

Una, la obra más fantástica jamás vista, con un dantesco y luctuoso final,  y la otra muy distinta: la de recibir (nosotros) relucientes y alborozados, un mundo totalmente cambiado: una Tierra majestuosa y purificada, digna de Dios y del Hombre, para volver a empezar.
Por: Eduardo Ernesto V. Valussi. Especial para AIM
Fuente:  AIM

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