domingo, 2 de enero de 2011

YA QUEDA MENOS

Todo sobre el fin del mundo

Nunca antes tantos profetas de épocas y culturas distintas coincidieron con tal exactitud en una fecha, asegurando que será definitiva para el futuro de la humanidad: 21 de diciembre de 2012. Pero no todas las teorías son fatalistas; para algunos, ese día se inicia una nueva era para el mundo. ¿Qué haría usted? Aquí, un paneo de las principales tesis para que tome los recaudos del caso.
Si uno lo piensa un poco, bien podría tratarse de una broma ideada con siglos de anticipación. Una broma ambiciosa, porque involucra a toda la humanidad, pero igual de efectiva. En el centro del calendario maya, el rostro del sol saca la lengua. Como si se estuviera burlando de todo el lío que, claramente sabía, armaría en un futuro extremadamente lejano.
La cuenta de esta civilización indígena es finita: comienza en un pasado difícil de asir, más de 3.000 años antes de Cristo, pero termina en una fecha inquietantemente cercana, el 21 de diciembre de 2012. ¿Punto final, o punto y aparte? Las aguas están divididas. De un lado, los que piensan que se trata del fin de los tiempos. Del otro, los que aseguran que sí, que será el fin de los tiempos, pero "tal como los conocemos hasta hoy"; es decir, el prometedor comienzo de una nueva era. En el medio, los escépticos. Si bien vale decir que esta vez, y aunque más no sea que con ánimo lúdico, resulta más atractivo tomar partido que permanecer indiferente.


Pasa que los mayas fueron los primeros -y hay que reconocer que su profecía se ganó su propia película de Hollywood- pero no los únicos. Son muchos los adivinadores de profesión que apuntaron al mismo año, e incluso a la misma fecha, para hablar del fin. Del fin de algo, aún no está claro de qué. En orden de vender, queda mejor decir del fin del mundo. Nostradamus, "la Sibila", el I-Ching, la NASA, los astrónomos y hasta Internet (que para no ser menos desarrolló su propio método de predicción) señalan a 2012 como un año clave, diferente.
A continuación, Domingo le cuenta qué postulan esas teorías y qué precauciones están tomando alrededor del planeta. A su criterio quedará soñar con el inicio de un mundo mejor o prepararse para el juicio final.
cerrá y vamos. Antes que nada, y para fortalecer el relato, vale aclarar que los mayas eran excelentes científicos, lo sabían todo sobre astronomía y conocían el cero. Su calendario, de una exactitud matemática, se regía por los ciclos solares y no por los de la Luna. Así, auguraron que el 21 de diciembre de 2012 (en el solsticio de invierno) el sol se elevará dentro de la banda oscura del centro de la Vía Láctea. (Los mayas llamaban a esa banda oscura "la madre cósmica" y se refieren a ella como un agujero negro; los científicos descubrieron un agujero negro en el centro de la Vía Láctea recién en 2003). Los astrónomos actuales coinciden: efectivamente, el 21 de diciembre de 2012 la Tierra se alineará con el sol y el centro de la galaxia, algo que sucede una vez cada 25.800 años. Nadie sabe qué efecto tendrá. Algunos geofísicos creen que se podría cambiar la posición de los polos, causando un desastre planetario. Los mayas, en tanto, pensaban que será algo importante, que trazará un antes y un después.
En la misma línea se cita a "la Sibila", un oráculo del Imperio Romano, en el siglo VI antes de Cristo. La mujer -cuyas visiones, escritas en hojas de roble, fueron recopiladas en rollos- pasó a la posteridad básicamente por dos predicciones: habló del ascenso de Constantino 800 años antes de su nacimiento, llamándolo por su nombre, y también se le adjudica haber pronosticado la llegada al mundo de Jesús, con 20 años de antelación. Pero como todo adivinador que se precie, entre sus visiones figura un apocalipsis, muy lejano de su época. Según ella, el mundo pasa por nueve períodos de 800 años cada uno; la décima generación, que habría comenzado cerca del año 2000, sería la última. Vaga pero acertada, mencionó terremotos, guerras, "fuego en los cielos" y "ciudades que arderán"; episodios que, también es cierto, no escapan a ninguna época en la historia del hombre.
Lo del I-Ching es más sorprendente. El texto más antiguo de China es a la vez el oráculo más imperecedero de la historia, aunque nadie conoce con certeza su origen. Como muchos saben, suele usarse como método de predicción personal. Funciona con la mezcla de hexagramas (seis líneas horizontales, continuas o cortadas, apiladas una encima de otra), que dan 64 combinaciones posibles. Resulta que un día alguien se dio cuenta que uniendo los 64 hexagramas y superponiendo ese dibujo en una línea temporal que comienza en la época en que se inventó el I-Ching, se forma un gráfico con sorpresivas coincidencias con importantes hechos históricos. Esa línea temporal termina en una fecha concreta. Adivine adivinador: sí, el 21 de diciembre del 2012.
Pero la lista perdería credibilidad, digamos, si no la integrara también el profeta más famoso de todos los tiempos. En El libro perdido de Nostradamus -que en rigor debería llamarse El libro encontrado de Nostradamus, ya que nadie sabía de su existencia hasta que lo hallaron cubierto de polvo en una biblioteca de Roma hace 16 años-, el célebre francés pintó lo que sus estudiosos interpretaron como la misma alineación solar que pronosticaron los mayas y confirmaron los científicos actuales. Además, dibujó tres eclipses solares vinculados con eclipses de Luna, lo que lleva a un período de 20 años que inicia en 1992 y termina en 2012.
Por último, no faltan profecías generadas en este mismo siglo XXI. Como era de prever, a falta de oráculos, al parecer devaluados por estos días, hace su entrada la estrella del nuevo milenio: Internet. Si aún no escuchó hablar del Web Bot Project, préstese al googleo. Pero sepa que si bien es una herramienta "2.0", echa mano al misticismo. Nació como un método de pronóstico financiero para inversionistas. En sí, es un programa que recorre Internet en busca de indicios sobre posibles noticias financieras; sus creadores dicen que, al tener un panorama tan global, ayuda a elaborar el lenguaje colectivo, lee la conciencia del conjunto, y es una ventana sobre el futuro. Aunque muy traído de los pelos, tiene un historial medianamente respetable. Los web bots habrían predicho los ataques con ántrax en 2001 y la destrucción del huracán Katrina en 2005, y auguran guerras nucleares y catástrofes naturales para estas fechas, con un pico de episodios en 2012. ¿Habla la tecnología o son simples datos inconexos? A gusto del consumidor.
NEGOCIOS APOCALÍPTICOS. Esas son sólo algunas de las predicciones con más prensa en los últimos años. Falta Merlín (no el mago del Rey Arturo, sino el personaje histórico, mucho más oscuro, que también auguró el fin del mundo) o la Nasa (que ha alertado sobre una tormenta solar para 2012).
El puntapié inicial de la gran rotación mediática de este anunciado apocalipsis lo dio el film de Roland Emmerich 2012, cuya trama se basa en la profecía maya y que ofuscados científicos han tildado de comedia. Lo cierto es que, como funcional producto masivo, la venta del armagedón ya tiene su costado marketinero. Sin ir más lejos, la Madre Patria puede salvar su alma -o por lo menos su cuerpo- con la adquisición de un búnker en módicas cuotas. Un emprendimiento llamado Grupo de Supervivencia de España está construyendo refugios en Madrid, Granada y Aragón para protegerse del fin del mundo en 2012. El lema sería "más vale prevenir"; si no es dentro de dos años, están convencidos de que con el cambio climático, las amenazas nucleares y ainda mais, igual conviene tener a dónde ir a parar. Por ahora, el grupo tiene unos 200 socios que ya adquirieron su lugar en cuevas subterráneas de hormigón, que cuentan con filtros de partículas radioactivas para evitar filtraciones de vertidos tóxicos o fugas bacteriológicas. Tienen generadores eléctricos que funcionan con diesel, sistemas de refrigeración y despensas para víveres. En su interior se puede estar hasta tres años respirando aire puro. Costo: desde 4.000 hasta 150.000 dólares. Asistir al apocalipsis desde el confort de un condominio privado no tiene precio.
En México, cuna de la civilización que, sin quererlo, azuzó toda esta paranoia global, también pretenden sacar provecho del promocionado armagedón. La idea es venderlo como destino turístico. En zonas arqueológicas de la provincia de Yucatán, como Chichén Itzá, se han multiplicado los visitantes que llegan atraídos por la profecía maya, sobre todo después de la película de Emmerich. "Mucha gente nos pregunta dónde dice que se va a acabar el mundo", le contó a la BBC el empleado de un hotel de los alrededores. Al notar el interés, el gobierno local se frotó las manos y diseñó una estrategia -enfocada en la promoción de la cultura y los conocimientos científicos de los mayas- para aguardar al boom de turistas que arribarían en los próximos dos años.
Esta semana, casi 400 lectores de El País Digital se prestaron al juego propuesto para esta nota y contestaron a la pregunta: "¿Qué haría usted si supiera que acaban de comenzar sus últimos 24 meses sobre la faz de la Tierra?". En las respuestas, serias o divertidas, hubo de todo, pero los verbos más usados fueron, por lejos, "vivir" y "disfrutar". No hace falta esperar al fin del mundo para ponerlo en práctica,
Fuente:  El  Pais

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