¿Estamos preparados para saber más sobre nuestro origen?.
Muchos de nosotros sí estamos preparados y este post lo escribo con el objetivo de difundir el contenido de los trabajos de Zecharia Sitchin y de algunas de las tablillas sumerias que hablaban de nuestro origen, y que fueron encontradas en Nínive en el siglo XIX y traducidas por Zacharia Sitchin en una saga de libros. Uno de ellos en particular, no contiene ni una coma del autor (Sitchin), pues es la traducción literal del contenido de catorce tablillas que formaban un conjunto de libros titulados por Sitchin como “El Libro perdido de Enki” de Zacharia Sitchin.
Arriba Zecharia Sitchin.
Zecharia Sitchin que no era un ufólogo como dice la Wikipedia se educó en Palestina donde adquirió conocimiento del hebreo moderno y clásico, las lenguas semíticas y europeas, el Antiguo Testamento y la historia y la arqueología de Oriente Próximo y era uno de los pocos eruditos versados en lenguas antiguas, con conocimiento, hablado y escrito, del sumerio, lo que le permitió traducir el contenido de textos de 6000 años y antigüedad y llegar a la conclusión de que los pasajes conocidos de Génesis del Antiguo Testamento, como muchos otros momentos conocidos de la Biblia Hebrea, que han sido asimilados en nuestra cultura, como mitos o parábolas, son en realidad pasajes recogidos de los textos sumerios, su fuente original. Estos textos, de 6000 años de antigüedad en muchos casos, recogían sucesos y crónicas de eventos muy anteriores protagonizados por seres inteligentes, considerados por los sumerios como superiores o dioses, llegados de otro planeta.
Arriba tablilla sumeria que recoje las crónicas de los Annunaki en la Tierra.
A mediados de siglo XIX los arqueólogos descubrieron la antigua capital asiria de Nínive (hasta entonces sólo conocida por el Antiguo Testamento) y hallaron en las ruinas del palacio de Assurbanipal una biblioteca con los restos de alrededor de 25.000 tablillas de arcilla inscritas.
Arriba representación bíblica de la ciudad de Nínive
Los historiadores saben ahora que la civilización sumeria floreció en lo que ahora es Iraq casi un milenio antes de los inicios de la época faraónica en Egipto, y que ambas serían posteriormente seguidas por la civilización del Valle del Indo (subcontinente indio).
También es sabido que fueron los sumerios los primeros en plasmar por escrito los anales y relatos de dioses y hombres, de los cuales, todos los demás pueblos, incluidos los hebreos, obtuvieron los relatos de la Creación, Adán y Eva, Caín y Abel, el Diluvio Universal, la Torre de Babel, etc.
Arriba mapa con dos de las regiones donde se crearon las dos primeras civilizaciones, Sumeria y Egipto.
Los conocedores de la cultura griega y mesopotámica han plasmado la historia, ahora conocidas como mitos, de dioses y hombres, reflejados en escritos por hititas, cananeos, griegos, persas e indoeuropeos. Todas esas fuentes atestiguan que beben de fuentes aun más antiguas, algunas de ellas descubiertas, otras perdidas. Una extensa comparativa de los llamados “mitos” recogidos por culturas y civilizaciones como la griega y los hechos ocurridos y plasmados como históricos en las tablillas sumerias puede encontrarse en el libro “Las Guerras entre Dioses y Hombres” de Zecharia Sitchin.
Nuevos hallazgos en palentología, antropología, geología, astrofísica y astronomía no han hecho más que dar la razón a los que vieron desde el primer momento en el conocimiento recogido en tablillas sumerias que muchos de esos modernos descubrimientos ya se conocían y habían sido recogidos en tablillas de miles de años por los sumerios, que a todas luces fueron los depositarios del conocimiento de una civilización avanzada que llegó de otro planeta. Estos seres tuvieron una influencia directa en los acontecimientos ocurridos en la Tierra a partir de su misma llegada y su propio planeta, Nibiru, antes incluso de ser habitado, ya había tenido un destino crítico en la formación del planeta Tierra.
Muchos de estos hallazgos y la verificación del conocimiento de las tablillas sumerias pueden encontrarse en el libro “El Génesis Revisado” por Zecharia Sitchin.
Estamos hablando de decenas de miles de tablillas de arcilla descubiertas en ruinas antiguas de Oriente Próximo. Algunas hablan de asuntos cotidianos, aspectos laborales o comerciales, otras conforman los Anales Reales; otras son literatura sagrada o textos canónicos escritos en sumerio y traducidos después al acadio (primera lengua semita) y posteriormente a otras lenguas. En algunos de estos libros se encuentran referencias a libros aun más antiguos, perdidos que se remontan a seis mil años atrás.
Algunas reflexiones personales:
Si la datación y el origen sumerio de las tablillas sumerias es incontestable;
Si ninguna autoridad científica, versada en idiomas de la antigüedad ha contradicho jamás una coma de las traducciones de Sitchin.
Si jamás se ha negado el origen milenario de las tablillas sumerias, que hoy están expuestas en algunos prestigiosos museos del mundo;
Dado que multitud de hechos que narran las tablillas han sido posteriormente verificados y encontrados correctos por nuestros conocimientos científicos;
¿Acaso no estamos obligados a considerar esta visión sobre nuestro origen y el pasado de la Tierra? . La dificultad para asumirlos en su totalidad ciertamente es inmensa, en particular el hecho de asumir que podríamos ser producto de la manipulación genética por parte de seres más inteligentes, y diseñados “a imagen y semejanza” de seres superiores en inteligencia, desarrollo tecnológico y civilización y con conocimiento profundo de la genética y la naturaleza.
Si tenemos en cuenta la capacidad que tenemos de modificar nuestra propia genética con nuestro pensamiento o campo infórmatico a nuestro alrededor, y el hecho de que, como consecuencia, se produzca una selectiva impresión de nuestros genes a partir de nuestras propias creencias, me atrevo a concluir que la humanidad está “atrayendo” o “expresando” su parte más homínida en detrimento de otras menos animales y más interesantes en cuanto al potencial de creación y creatividad innatas, y que sin embargo están presentes en nuestros genes desde el comienzo de la humanidad, ya que nada se crea ni se destruye, solamente se transforma, de manera que ese potencial inconmensurable está ahí. ¿No es este también el objetivo de Matrix?.
Por otro lado, ¿resulta todo esto más dificil de asumir que el hecho de que somos producto de una evolución de seres homínidos con los que aun compartimos espacio en la Tierra, incapaces de hablar o de destreza digital por simpáticos y “monos” que nos parezcan?.
Todo depende del cristal con que se mire. Pero estamos en el momento exacto en que merece la pena que consideremos todo esto para nuestro bien ya que el conocimiento ha sido desvelado y está a nuestro alcance. No podemos seguir ignorándolo.
Incluso si asumimos todo esto, me parece evidente que tampoco esta verdad refleja Toda la Verdad, sino que estos hechos históricos se enmarcan en otra Verdad de una dimensión aun superior. Como dice B. Marciniak en “Mensajeros del Alba”.
“Los planificadores originales de la Tierra pertenecían a la Familia de la Luz (que es información) y decidieron que la Tierra fuese una biblioteca cósmica. Civilizaciones nacieron en la Tierra hace 500.000 años y yacen bajos los hielos de la Antártica. Ciertos dioses creadores (en clara referencia a los Annunaki) llegaron para apoderarse de esta biblioteca viviente hace 300.000 años, hubo lucha y ganaron. Estos nuevos dueños no querían que la especie humana tuviera acceso a la información. La humanidad es un experimento. Fue diseñada como casi todo lo que existe en la Creación. El Creador hizo brotar de sí energías, a quienes dotó de los mismos dones que poseía. Estas energías, que llamaremos ‘dioses’, empezaron a probar sus dones. Estos nuevos dueños eran conocedores de la ingeniería genética, y sabían que la conciencia existe en todas las cosas, así que ajustaron las energías electromagnéticas de la conciencia para que vibrara a cierta frecuencia. Los nuevos dueños se nutrían del temor y del caos. Reestructuraron el ADN para que el hombre funcionara dentro de una escala limitada; el ser humano original tenía doce filamentos, contribución de doce civilizaciones, estos nuevos dueños lo redujeron a dos. Se rodeó al planeta de un cerco desde el cual se controlaba la frecuencia de los humanos para ser modificados. Este cerco impedía que la Luz llegara como antes. Y cuando lograban pasar la barrera no había respuesta en la Tierra, pues los humanos estaban desconectados. La mayor tiranía en una sociedad no es el control por la ley marcial, sino la manipulación psicológica de la conciencia, de manera que los que viven dentro de esa realidad ni se dan cuenta que están prisioneros. Ni saben que existe otra cosa fuera de ellos. Ustedes han estado controlados como ovejas en el redil por quienes se sienten vuestros dueños, desde el gobierno y el establecimiento de los que están en el espacio.”
Referencias:
“El Génesis Revisado” de Zacharia Sitchin
“Las Guerras de los Dioses y los Hombres” de Zacharia Sitchin
“Mensajeros del Alba” de B. Marciniak
Fuente: Hacia el despertar de la Conciencia
No hay comentarios:
Publicar un comentario